Análisis Lenovo Yoga Tablet: de pronto, la movilidad cambió
Así, la Yoga Tablet de 229 euros, cuenta con un tamaño de pantalla de 8 pulgadas que triunfa entre el gran público, por ofrecer el equilibrio perfecto entre área de visualización y movilidad, y la ventaja de poder llevarlo a todas partes en cualquier bolso pequeño. A esta faceta hay que añadir los múltiples modos de uso que contempla sin necesidad de acoplarle funda o accesorio alguno. El aspecto cilíndrico de uno de sus laterales permite que Lenovo incluya dentro una batería cilíndrica de gran capacidad, además de presentar unos altavoces a ambos lados que ofrecen unos buenos resultados de sonido.
Utilizando el soporte de su base podemos situar al Yoga 8 en modo Stand o pedestal, ofreciendo un ángulo de visión perfecto para el visionado de vídeo. Con el otro ángulo de inclinación, y apoyado sobre cualquier superficie plana, la tableta adopta la posición ideal para su manejo táctil o utilizar su teclado virtual. Por último, la base cilíndrica modifica el centro de gravedad para que cuando lo sujetamos con la mano, para leer un libro o artículo, el peso recaiga en la mano y no en nuestros dedos. Esto es más pronunciado en el modelo Yoga con pantalla de 10 pulgadas. A decir verdad, en el que hemos probado, el efecto no es tan palpable pero hace que los 400 gramos de peso sean más cómodos de manejar.
Oculto bajo el soporte o stand, localizamos la ranura de expansión de tarjetas de memoria tipo microSD con la que es posible ampliar los 16 GB que ofrece internamente el Yoga 8. Además, se encuentra su sensor de cámara principal de 5 megapíxeles. Vemos como el botón de activación de pantalla es fácilmente localizable, así como la salida de auriculares, en el otro extremo.
Tras ofrecernos un rendimiento con valores dentro de la media para tratarse de una tableta con un procesador de doble núcleo, comprobamos que su punto fuerte radica en la autonomía. La base cilíndrica permite introducir una batería de gran capacidad, con 2 celdas de 6000 mAh, lo que nos garantiza 12 horas y 10 minutos de reproducción de vídeo constante con el brillo de la pantalla fijado al máximo. Muy pocas tabletas de las que han pasado por el laboratorio han logrado superar el límite de las 10 horas. A nivel de gráficos, los resultados son del montón sin destacar especialmente.
El tablet ejecuta una versión personalizada de Android 4.2 Jelly Bean, con interesantes funciones novedosas trabajadas por Lenovo. Por ejemplo, podemos forzar la posición desde ajustes rápidos a modo de pedestal, inclinación o sujeción con la mano.
Así pues, con un diseño muy similar al ofrecido por el producto Magic Trackpad de Apple, pero con una funcionalidad diferente, la tableta de Lenovo nos ha resultado interesante por sus modalidades de uso y por su gran autonomía ofrecida de cara a los que requieren de un uso diario de lo más intensivo.
La faceta que mejoraríamos sería la nitidez y resolución de su pantalla, ya que existen en el mercado otras tabletas como la Kindle Fire HDX o el iPad mini con un valor dpi muy superior a los 188 de la Yoga 8, con lo que las imágenes ofrecen un mayor número de detalles en base a su calidad Retina. Por lo demás, tenemos entre manos una buena solución en la que impera la manejabilidad y los diferentes modos de uso frente a la tableta tradicional que todos conocemos y que ya parecen ancladas en el pasado.
Via pcworld.es